En un muy mal encuentro, Acassuso y Luján igualaron 0 a 0.
Cuando pasados los primeros minutos del mediodía, se dio conocer que el mega `` show ´´ que Acassuso tenía preparado para agasajar a los campeones, se había suspendido por pedido explicito de ellos mismos, el destino no hizo más que vaticinar lo que sería el permute de un gran día, por uno al que lo terminaría sometiendo a una plaga de virulencias. Porque en consecuencia, el ambiente se contrarió al clima jovial y festivo que todo hincha pensaba ver, y porque ello se terminó reflejando en el terreno de juego. Fue pobrísimo lo que brindó tanto Acassuso como Luján. La pelota jamás fue receptada por un propio compañero en un lapso consecutivo, la pelota con la salvedad de ciertos pasajes, jamás aterrizó a tierra firme, la pelota jamás llegó con claridad al arco rival, y como anexo, los jugadores en más de una ocasión cometieron infracciones muy flagrantes y vehementes. Fue en pocas palabras, un partido invadido por la pereza y la apatía. Pero que para el dueño de casa comenzó a hacer mella, desde el momento en que se decidió suspender esa fiesta que no sólo tenía como objetivo revelar toda la alegría propia de un campeonato, sino también, propagarse hasta el final del partido. No se dio. Más bien, todo lo contrario.
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