Colegiales volvió a mostrar toda su jerarquía en la parte final…Cuando se jugaba el último minuto adicional, Colegiales, de una nueva buena producción en la parte complementaria, consiguió el tanto que le valió los tres puntos: fue 3 a 2 sobre Lamadrid.
Si allá por el epílogo mes de noviembre, más precisamente con el Apertura concluido y con un Clausura por dar a luz, el hincha de Colegiales hubiera cumplido el rol de filósofo elucubrador, como si con ello pudiera presagiar de qué manera transcurrirían las primeras cuatro fechas de su amado equipo, sin lugar a dudas que no habría abarajado la posibilidad de que este conjunto muestre y consiga lo que actualmente se le está dando. Y más todavía, si se dejaba influenciar por el compendio de los más inmediatos precedentes. Sin embargo, más allá de nuestro discurrimiento, la realidad muestra que cualquier cosa puede pasar en este exótico mundo del fútbol. Así como las definiciones en categorías superiores fueron sorpresivas para propios y extraños, Colegiales también está haciendo lo suyo. Al cabo de cuatro fechas, no sólo ha demostrado que es uno de los equipos que mejor fútbol ha practicado, sino también que es de los que cuenta con uno de los plantes más ricos, por cantidad y calidad, con lo cual el protagonismo que hasta aquí ha cosechado, bien merecido lo tiene.
En la tarde de ayer derrotó por 3 a 2 a su homólogo de Lamadrid mostrando ciertas cualidades que dieron para una reflexión amplia y metódica. Pero que habría que llevarla a cabo en base a lo que los de Munro hicieron a partir de la segunda mitad. Es que el primer tiempo, fiel a su nueva costumbre, pasó sin grandes sobresaltos. Aun así, hay que resaltar ciertos pasajes que, claro está, incidieron en el trámite del encuentro. ¿Porque?, porque a los 4’ `` el Tricolor ´´ logró la apertura del tanteador por intermedio de un centro que tras ser enviado por Cóceres, pudo conectar con un `` testazo ´´ Fernando Smargiassi luego de una previa y muy eficaz `` cortina ´´ que Barry Skeete le realizó a uno de sus marcadores. No obstante, porque Lamadrid logró equiparar el marcador gracias un raudo y muy bonito zurdazo que Gigliotti hizo impactar contra el segundo palo del arco defendido por Granero. Y por último, porque llegando al desenlace de la primera mitad, el delantero González perpetró una infracción sobre Mendoza, que lo conllevó a recibir su segunda amarilla por el señor Carlos Stoklas, y a raíz de ello, a que se marque un antes y un después en el común devenir del segundo tiempo. Es que fue un punto de inflexión si tenemos en cuanta que a partir de allí, tal como adelantamos, los de Sergio Rondina revirtieron la pálida imagen dada en el inicio, brindando nuevamente lo mejor de sí: Criterio para saber cómo, cuando y de qué forma hacer circular la pelota. Ya sea por abajo, como por arriba. Ya sea con la participación de varios de los jugadores de las tres líneas, como con la de los más activos: Mendoza, Cóceres, Barry Skeete, y el ingresado y decisivo Sebastián Tagliabue, quien previo al segundo gol el infortunio le jugó una desagradable pasada. Este último, luego de receptar un pase de Mendoza, eludió al arquero Arzamendia y sacó un derecho que se estrelló contra el travesaño. Ahora bien, otra de las virtudes que se vislumbró en este encaramado Colegiales fue la serenidad. Sí, una autónoma y sabia serenidad de la cual se aferró cuando el marcador no acompañaba como pretendía, y que obviamente también contribuyó en la victoria final. Claro que para ello, primero debió conseguir el segundo tanto. Tanto que llegó a los 20’ a través de un centro de Valdéz desde el sector derecho, y de un solitario y sorprendente cabezazo de Jonatan Torres. Posteriormente, Lamadrid respondió obteniendo un empate fuera de contexto. Porque prácticamente nunca tomó control de la pelota, y porque escasamente llegó al arco rival. Sin embargo, si en algo anduvo bien fue justamente en la contundencia. Gestó cinco oportunidades y convirtió dos de ellas. La última, a los 28’ por medio de un centro de More (insultado post partido por todos los presentes de los de Munro), y de toque sutil de goleador Gigliotti, quien empujó la pelota a la red gracias al olfato que tuvo para permanecer en el momento indicado cuando un remate previo de Giménez no pudo ser amortiguado por el arquero Granero. De todas formas, y pese a ello y a que `` Cole ´´ estaba predestinado a sufrir, jamás se menoscabó su buen nivel futbolístico. Con el correcto ingreso de Pereyra, (volvió tras cumplir con su suspensión), más los que inquietaron durante todo el segundo período al los de Gustavo Digiuli, siguió con la mismas características en busca de lo que mereció durante toda la tarde. La conquista del éxito, la conquista tal vez, más importante del año. Esa que le permitiese estar prendido en el campeonato una vez hecho presente el receso veraniego. Y la encontraría después de hacerse desear. Fue, sin exagerar, la anotación que término ratificando una muy buena labor por parte de Rondia y sus muchachos a lo largo de este torneo. A los 47’, a falta para ser más exactos, de un minuto para que concluya el tiempo adicional, un preciso pelotazo de Valdéz para el obstinado Hermosilla, desencadenó en que éste haga lo propio para que uno de los héroes de la tarde, Sebastián Tagliabue, se eleve más alto que ninguno y concrete con un frentazo, el 3 a 2 final.
Ganó Colegiales porque volvió a mostrar toda su jerarquía en la parte final.
En la tarde de ayer derrotó por 3 a 2 a su homólogo de Lamadrid mostrando ciertas cualidades que dieron para una reflexión amplia y metódica. Pero que habría que llevarla a cabo en base a lo que los de Munro hicieron a partir de la segunda mitad. Es que el primer tiempo, fiel a su nueva costumbre, pasó sin grandes sobresaltos. Aun así, hay que resaltar ciertos pasajes que, claro está, incidieron en el trámite del encuentro. ¿Porque?, porque a los 4’ `` el Tricolor ´´ logró la apertura del tanteador por intermedio de un centro que tras ser enviado por Cóceres, pudo conectar con un `` testazo ´´ Fernando Smargiassi luego de una previa y muy eficaz `` cortina ´´ que Barry Skeete le realizó a uno de sus marcadores. No obstante, porque Lamadrid logró equiparar el marcador gracias un raudo y muy bonito zurdazo que Gigliotti hizo impactar contra el segundo palo del arco defendido por Granero. Y por último, porque llegando al desenlace de la primera mitad, el delantero González perpetró una infracción sobre Mendoza, que lo conllevó a recibir su segunda amarilla por el señor Carlos Stoklas, y a raíz de ello, a que se marque un antes y un después en el común devenir del segundo tiempo. Es que fue un punto de inflexión si tenemos en cuanta que a partir de allí, tal como adelantamos, los de Sergio Rondina revirtieron la pálida imagen dada en el inicio, brindando nuevamente lo mejor de sí: Criterio para saber cómo, cuando y de qué forma hacer circular la pelota. Ya sea por abajo, como por arriba. Ya sea con la participación de varios de los jugadores de las tres líneas, como con la de los más activos: Mendoza, Cóceres, Barry Skeete, y el ingresado y decisivo Sebastián Tagliabue, quien previo al segundo gol el infortunio le jugó una desagradable pasada. Este último, luego de receptar un pase de Mendoza, eludió al arquero Arzamendia y sacó un derecho que se estrelló contra el travesaño. Ahora bien, otra de las virtudes que se vislumbró en este encaramado Colegiales fue la serenidad. Sí, una autónoma y sabia serenidad de la cual se aferró cuando el marcador no acompañaba como pretendía, y que obviamente también contribuyó en la victoria final. Claro que para ello, primero debió conseguir el segundo tanto. Tanto que llegó a los 20’ a través de un centro de Valdéz desde el sector derecho, y de un solitario y sorprendente cabezazo de Jonatan Torres. Posteriormente, Lamadrid respondió obteniendo un empate fuera de contexto. Porque prácticamente nunca tomó control de la pelota, y porque escasamente llegó al arco rival. Sin embargo, si en algo anduvo bien fue justamente en la contundencia. Gestó cinco oportunidades y convirtió dos de ellas. La última, a los 28’ por medio de un centro de More (insultado post partido por todos los presentes de los de Munro), y de toque sutil de goleador Gigliotti, quien empujó la pelota a la red gracias al olfato que tuvo para permanecer en el momento indicado cuando un remate previo de Giménez no pudo ser amortiguado por el arquero Granero. De todas formas, y pese a ello y a que `` Cole ´´ estaba predestinado a sufrir, jamás se menoscabó su buen nivel futbolístico. Con el correcto ingreso de Pereyra, (volvió tras cumplir con su suspensión), más los que inquietaron durante todo el segundo período al los de Gustavo Digiuli, siguió con la mismas características en busca de lo que mereció durante toda la tarde. La conquista del éxito, la conquista tal vez, más importante del año. Esa que le permitiese estar prendido en el campeonato una vez hecho presente el receso veraniego. Y la encontraría después de hacerse desear. Fue, sin exagerar, la anotación que término ratificando una muy buena labor por parte de Rondia y sus muchachos a lo largo de este torneo. A los 47’, a falta para ser más exactos, de un minuto para que concluya el tiempo adicional, un preciso pelotazo de Valdéz para el obstinado Hermosilla, desencadenó en que éste haga lo propio para que uno de los héroes de la tarde, Sebastián Tagliabue, se eleve más alto que ninguno y concrete con un frentazo, el 3 a 2 final.
Ganó Colegiales porque volvió a mostrar toda su jerarquía en la parte final.
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