
En la tarde de hoy, Acassuso recibirá a su clásico rival, Villa San Carlos, en un partido que podría delimitar su futuro de cara a lo que reste de este torneo Clausura.
Ya no hay motivo alguno para que considere a la especulación como fiel amiga, o en tal caso, a las `` matemáticas ´´. Y mucho menos si tomase noción de quién es el rival de turno. Es que ya todo se le ha reducido a la suerte o verdad. Es decir, a seguir con vida en este campeonato obteniendo una victoria nada más ni nada menos que en el clásico, o ha focalizar todos sus sentidos en lo que se emanará a futuro: la final por el ascenso directo. En fin, en este invariable y limitado panorama está implicado el club atlético Acassuso. O manifestándolo de otra forma, condenado a ello por el duro cachetazo que le propinó la semana pasada General Lamadrid, y asimismo, por ciertos resultados que se terminaron dando en esa misma fecha. Como usted prefiera. Para el caso es igual. Porque en definitiva, lo substancial es que está muy apremiado por hacerse con los tres puntos. Algo que, sin duda alguna, se le denotará para bien o para mal a la hora de encarar el choque con Villa San Carlos; un conjunto que en las últimas décadas se tornó en su clásico rival como resultado de que el destino los acoplase en varias finales.
Rodrigo Alonso, exento ya del fallo que se le libró luego de la roja que había recibido ante Ituzaingó, y Pablo Manchini, serán las únicas variables que ofrecerá Acassuso en su alienación. En efecto, dejarán sus lugares Hernán Parentini y Alejandro Friedrich, quien vale mencionar que desertará en este partido por la recordada sanción que se le impuso en la anterior jornada. De esta manera, Ruhl, Fonzalida, Mainetti, Alonso, Demaio, González, Mazzulli, Manchini, Figún, Moramarco y Romero, serán los once que en la tarde de hoy intentarán seguir manteniendo con vida el sueño del ascenso directo.
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