3.3.07

Novena fecha: Acassuso 2 - Fénix 0

Acassuso abrió los ojos a tiempo y por eso ganó

Con el sustento de un expeditivo lapso de 25’, Acassuso se hizo con los tres puntos en su confrontación con el tenue Fénix: fue 2 a 0 con goles de Romero y Figún.


En el contexto de una tarde tan turbulenta como anegada con motivo de la lluvia que se originó en la intermediación del partido, fue como Acassuso se impuso por 2 a 0 al apesadumbrado Fénix. Las conversiones de Leonardo Romero a los 16’, y de Estaban Figún a los 32’, ambas, en el capitulo final de la contienda, sellaron el éxito para los de San Isidro. Más allá de eso, habría que poner énfasis en el pálido, desdibujado y apático encuentro que realizaron, en gran pasaje el local, y en su totalidad el visitante. Sin embargo, fue esa diferencia por la cual el último campeón se quedó con las tres unidades. Porque si bien en los primeros 45, al igual que su contrincante, estuvo mimetizado por una anodina no digna de un conjunto que supo cobijarse con varios halagos luego de lo que fuera su campaña en el pasado torneo Apertura, en el complemento logró marcar la diferencia a raíz de algunos destellos de aproximadamente 25'. Destellos que se debieron al apetito y el empuje que emergió por parte de Figún, Friedrich y Moramarco; los pilares fundamentales a la hora de darle forma a los cimientos en lo concerniente a la construcción de la victoria `` Quemera ´´. Ahora bien, en lo que respecta a las anotaciones, estas se originaron por el testazo que le imprimió Leonardo Romero, (obsecuente durante gran parte de los 90'), a un centro milimétrico que le envió Alejandro Friedrich. Y por último, por un grotesco error de Malchiodi y el arquero Menón que los conllevó a que Estaban Figún pudiera empujar la pelota a la red. Tras el 2 a 0, sólo restó que Arias se fuera expulsado por un descalificador planchazo sobre uno de los volantes de `` Ssuso ´´, y que los minutos transcurriesen al compás de la tormenta.
En síntesis, sin jugar bien, los de Felipe De La Riva se despertaron a tiempo y se reinsertaron por consiguiente en la veta de los triunfos. Claro que para ello se tuvieron que aprovechar, con muy poco, de un Fénix sumergido en una grado de perdición total…

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